martes, 7 de noviembre de 2023

EL 7 DE NOVIEMBRE

 EL 7 DE NOVIEMBRE

Alejandro, permíteme que en este comienzo me dirija directamente a quien ve el blog, así podré contar con más facilidad ciertas cosas.

Cada uno tiene una fecha importante en su calendario, o varias. La principal mía fue el 7 de noviembre, mi encuentro con la muerte, con la muerte de Alejandro. Fue el momento de poner en práctica las enseñanzas de mi vida y de aprender lecciones que me han marcado. 

Poner en práctica la fe de mis padres, que con su ejemplo de perdón acabaron en mí con el rencor y dieron paz. Un perdón desde el primer instante, como narra mi padre en su relato de aquella noche, y en el momento más duro, como me recordaba Emilio Ramírez Vázquez: en el momento de su entierro, abrazados mis padres a la Cruz de su ataúd. Aunque la pena... esa nunca se les fue.

Aprendí que todo se queda aquí y no te llevas nada, a como la intimidad salta por los aires cuando se abren tus cajones, a hablar en todo tipo de medios y saludar a todo tipo de gentes, con lo tímido que era... Pero sobre todo aprendí que cada uno tiene su 7 de noviembre, algo que, objetivamente o no, es lo que marca su existencia en ese instante o para siempre. Es la empatía y el respeto por las circunstancias y decisiones ajenas, a intentar no juzgar.

Y toda esa trayectoria, en la que se ha mantenido la confianza en mi bendito patrón san José, que recordaba mi padre, y el encomendarme al Espíritu Santo, como decía mi madre, han hecho que responda con un sí rotundo a la llamada a la oración por todos vuestros 7 de noviembre, por esos dolores que tenéis físicos o en el alma, porque rezar es a lo que mejor puedo dedicar mi vida, aunque lo contemplativo en un monasterio no esté de moda y a muchos ni les parezca opción de vida... Pero lo es.

Me desprendo de todo, con ilusión, pero no quiero dejar que el ejemplo de mis padres tras la muerte de mi hermano quede en el olvido y se pierdan los escritos que con tanto amor fueron creados.

Todo el material que tengo, personal y público, quedará expuesto en este blog con la intención de que el consuelo llegue a alguien que lo pueda necesitar. Que Dios me ayude para hacerlo lo mejor posible y Alejandro y mis padres, José y Esperanza, rueguen por ello.

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